Música, la llave del alma

Publicado el mié 06 febrero 2008

Desde hace ya un tiempo que he estado traspasando música desde mi viejo PC al portátil. Es tanta la música que tengo y está tan mal etiquetada y clasificada que encontrar algo determinado es imposible. Es por este motivo que he decidido usar las características de Rhythmbox.

He comenzado a asignar correctamente los títulos, artistas, pistas, etc. Poco a poco (más lento de lo que esperaba) mi biblioteca musical comienza a tomar forma. Rhythmbox permite realizar esta tarea sin dificultad, algo impensado para los desafortunados que has usado Windows Media Player (si se, mi alma arderá en el infierno).

Mientras ordeno mis canciones comienzo a escuchar algunos temas que no reproducía hace más de 3 años, incluso algunos más viejos. Acá tengo de todo, desde Anathema pasando por Los Nicknames, Iron Maiden, Metallica, Maná, Yann Tiersen, Pink Floyd, Los Tres, Los Fabulosos Cadillacs (uff, que recuerdos), mis benditas bandas sonoras de películas hasta llegar a grupos emergentes y todo lo que sea armónico y desenfrenado a la vez (no hay reggaeton, ni saunddd, ni achéee ni nada de eso).

A medida que escucho temas, recuerdos perdidos en la inmensidad de la mente, entre preocupaciones y deberes, ocultos para el alma por tareas rutinarias y malos momentos comienzan a salir a flote, lentamente suben hasta llegar a la superficie.

Tal como restos de un naufragio, no parecen ser coherentes o completos. Poco a poco comienzan a tomar forma y desde las nieblas de la razón empiezan a visualizarse recuerdos de tiempos mejores, recuerdos de personas olvidadas, recuerdos de dolor y pesar, de amor y alegría.

Mágicamente, esas canciones nos abren la puerta a elementos del alma que nos hacen sentir mejor, regocijarnos en el éxtasis de sentimientos pasados con personas que nunca podremos olvidar por completo.
La música tiene ese extraño efecto, al igual que los olores, de transportarnos al pasado distante y olvidado. Viaje que puede sanar heridas actuales y abrir algunas que nunca sanarán del todo.

Es la llave del alma, muchas veces olvidada, pocas veces usada.

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